ENTREVISTA A JULIO RIVERA

"ESCRIBO PARA CELEBRAR LA PURA ALEGRÍA DEL SER FRENTE AL TIEMPO"

Julio Rivera presenta esta tarde "De barro en carne viva" (CVA Ediciones), un trabajo que constituye "un himno a la vida, que debe sentirse cada día como un ágape"



Julio Rivera Cross (Jerez, 1943), presenta a las ocho y media de esta tarde en la Bodega Las 7 Esquinas el volumen De barro en carne viva (CVA Ediciones). Rafael Esteban Poullet introducirá al autor de unas composiciones que la pasada semana se mostraron en Cádiz y que el viernes 5 de Noviembre se escucharán en Jerez, en la Fundación Caballero Bonald, tras la introducción de Pilar Paz Pasamar.


-José Ramón Ripoll firma un espléndido prólogo en el que recoge su concepto de la literatura: en su poema 'Para ti, lector' usted dice escribir para celebrar que estamos vivos y soportar el fracaso ante el tiempo.


-El libro es un himno a lo que hay, la materia, la vida, sin más trascendencia que el pensar que venimos de la Nada y vamos a la Nada. La Nada no es que no exista, es el reverso de la materia. Ese es el resultado de mi investigación lírica. La poesía constituye un medio de conocimiento, al igual que la filosofía. El poeta es también un buscador de la verdad. La única diferencia estriba en que el poeta utiliza la indagación mientras que el filósofo emplea la razón.


-Se equivoca quien piense que estamos ante un libro donde impera un sentimiento de tristeza.


-De barro en carne viva dista mucho de ser melancólico. Aquí defiendo que hay que vivir cada día como un ágape y que tenemos (...) la alegría de ser / sabiendo que la Muerte acecha en cada esquina. Hay gente que piensa en la eternidad y no vive este transcurrir terreno, que incluye gozos que nos llevan a la alegría sin fe.


-¿Cómo ubica este trabajo en su trayectoria?


-Mi itinerario presenta dos fases muy claras: una primera de poesía amorosa y sensitiva y una segunda, ya con la madurez, existencial, donde siento el pensamiento y pienso el sentimiento. Esta segunda fase se inicia con La piel del tiempo y a ella pertenece la creación que nos ocupa, a la que seguirá otra en la misma línea.


-¿Nos salva la palabra? Explica que ellas resucitan las cosas.


-Si los hombres no habláramos habríamos muerto como los dinosaurios. La palabra nos hizo nombrar las cosas que, al nombrarlas, poseemos. La palabra nos permite formar un grupo social. El hombre es un ser social, aunque el poeta se revele ferozmente individualista. Los poetas somos como espías de los dioses: vigilándolos descubrimos la realidad.


-¿Se integra en alguna escuela, de esas que se acaban peleando como si en la lid les fuera su reivindicación ontológica?


-No. Últimamente me califican en las presentaciones de libros como un referente de la poesía no adscrita a tendencias. Seguir mi camino en solitario me ha permitido ser más yo, no tener que claudicar a la nada. También es cierto que esa actitud me ha hecho sufrir algunas injusticias, repudios y abandonos. Es difícil que los poetas, egos tan grandes, sean amigos entre sí, aunque esa situación va cambiando, sobre todo entre las mujeres.


-¿Por qué no se lee poesía?


-Porque nos movemos en un mundo superficial, de prisas, en el que no se quiere pensar. Sólo se busca el entretenimiento y se evita el dolor de amor por todo cuanto existe. Vivir es muy difícil, enfrentarse con la realidad supone una tarea heroica. Cuando yo nací la guerra civil había terminado poco antes: vi el sufrimiento, vengo de otros tiempos. Y eso me ha dado la fuerza para ser poeta. La crisis que actualmente padecemos hará ganar a la poesía.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
22 de Octubre de 2010

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