DEBATE COMERCIAL

Día y medio después de la elección de la nueva junta directiva de la asociación Centro Comercial Abierto, el recién creado organismo se daba de bruces con la realidad cuando los votos del equipo de gobierno aprobaban la ampliación de El Paseo, lo que permitirá al emblema portuense de las grandes superficies olvidar sus casi 21.000 metros cuadrados (tamaño otrora culmen de la modernidad, dimensión mediocre en estos tiempos) y ostentar cerca de 28.000.
En el caso que nos ocupa y en contra de otras modificaciones urbanísticas cuyos expedientes se remontan al Big Bang, no parece que existan grandes problemas para encajar la operación en el nuevo Plan General (plan contenedor de infinitos microplanes), ese documento de previsible finalización cercana a las municipales de 2.011 o cuyos efectos benéficos se intentarán vender directamente como un hito más del bicentenario.
El PP portuense ofrece así un detalle a los pequeños empresarios, los batalladores autónomos, uno de sus grandes caladeros electorales, complicándoles un poco más la vida, en la línea de una pasión megalómana-comercial a la que, ciertamente, no escapa casi ningún Consistorio, con independencia de su signo político, y que incluye cambios radicales en el discurso según se figure en la oposición o se disfrute de la aparentemente eterna satisfacción del poder.
La nueva directiva del CCA tiene ante sí un difícil reto, pues, aunque la semipeatonalización está permitiendo algunos avances, se mantienen problemas endémicos como la falta de aparcamiento o la carestía del mismo (frente a la gratuidad de los competidores), los cortes de vías y cambios de sentido de circulación continúan violando la inocencia del tráfico rodado y la calle Larga, uno de los ejes principales de la ciudad, sigue más oscura que cualquier ignoto tramo del polígono de Las Salinas.
Con todo, el principal de sus retos se cifra en conseguir la unión de un sector tremendamente atomizado y cuya apatía asociacionista ha terminado por erigirse en el más tradicional de sus rivales, al disminuir su fuerza reivindicativa ante los poderes públicos, organismos proclives a la cuantificación.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
25 de Junio de 2.009

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